Cuando escribo intento dibujar la vida con palabras y dar voz a los silencios. No me gusta encasillarme ni las etiquetas, por ello no me ciño a un solo género y dejo que las historias me guíen. A veces ellas eligen ser novelas, otras ser cuentos, poemas… Una vez en el papel espero que al leerlas te transmitan buenas sensaciones, te hagan pensar y te emocionen. Sin ti, nada tiene sentido.
Siempre me presento con mi nombre completo para que nadie me confunda con Nuria Espert Romero, una actriz de teatro que no necesita presentaciones. Más de una vez he tenido que desilusionar a personas que se han puesto en contacto conmigo confundiéndome con ella y mucho me temo que seguiré haciéndolo.
¿Quién soy? Todavía lo estoy descubriendo y te invito a conocerme a través de mis libros. Ellos hablan de mí, mejor que yo misma.
Aun así te diré que soy una soñadora incorregible.
Mi día a día: la familia, disfrutar de una buena conversación, trabajar en el colegio, escribir, leer, escuchar música, los carboncillos y acuarelas, pasear, las mariposas…
Las mariposas. ¿Te cuento un secreto? Durante mucho tiempo me sentí como una oruga, ahora intento conquistar mis alas.
Tu libro de cabecera es…
En estos momentos, “El arte de vivir con sencillez” de Shunmyo Masuno.
¿Qué libro es el último que has leído?
“Saltaré las olas” de Elena Castillo.
Un libro o autor que no podemos dejar de leer es…
Emma Lira. La descubrí gracias a su novela “Dónde nacen los dragos” y me conquistó con “Ponte en mi piel”, una novela histórica cautivadora que te hace pensar y que transmite muchos valores.
¿Qué género literario te atrae más como escritora? ¿Y como lectora?
Cuando escribo no me ciño a un solo género, dejo que las historias fluyan y me guíen. Ellas a veces eligen ser novelas, otras ser cuentos o poemas.
Leo todo tipo de géneros, pero cuando la realidad me abruma prefiero romántica o fantasía.
¿De dónde surge la idea de escribir “Soy brisa, no viento”?
Admiro la pintura impresionista: Van Goh, Cézanne, Manet, Monet, Degas, Pissarro… y me llama mucho la atención que el realismo del XIX diera paso a una expresión artística tan revolucionaria y libre, en una sola generación. Inspirada en esa época y de la mano de una mujer que se ve obligada a romper ataduras surgió “Soy brisa, no viento”.
¿Dónde está ambientada?
En Valencia, Brescia y París, durante segunda mitad del siglo XIX.
¿Cómo es el personaje de Elisa?
Elisa ha vivido rodeada de libros gracias a que su padre regenta una céntrica librería en Valencia. Para ella, los libros son como lluvia para el alma y la pintura una oportunidad para expresarse y ser ella misma. Se enamora cuando ya no creía que eso fuera posible y se embarca en un viaje que la enfrentará a grandes retos. Ante la adversidad y las ataduras que le impone la sociedad, intentará cambiar su presente y encarar el futuro con mirada nueva.
¿Qué puedes contarnos del personaje masculino?
Es de esas personas que llegan a tu corazón para quedarse. Un hombre integro, capaz de amar hasta las últimas consecuencias, apasionado y generoso, que sientes que te mira y te acepta tal y como eres.
¿Cuál es tu escena preferida?
En Le Procope, el café más antiguo de París, un grupo de escritores y admiradores de Edgard Allan Poe se reúnen para ofrecerle un homenaje. Un joven poeta sorprende a todos leyendo una declaración de amor que acaba de escribir. Es un momento intenso y bello.
¿Puedes contarnos alguna curiosidad o anécdota sobre la novela o el proceso de escritura?
Esta novela tiene una cuidada ambientación histórica. Buscando información para que todos los detalles fueran los más reales posibles, aprendí mucho y me encontré con datos sorprendentes. Algunos, solo curiosos: la valenciana playa de la Malvarrosa debe su nombre a un geranio de origen africano, la crinolina que se usaba bajo la falda tenía una trama de algodón y crin de caballo… Otros me ayudaron a reflejar la situación de las mujeres en aquella época. Uno de ellos me impactó mucho, el derecho civil nos calificaba como “imbecillitas fragilitas sexus”; ya podéis imaginar las consecuencias de semejantes adjetivos.
Si tuvieses que quedarte solo con un personaje de tus novelas ¿Cuál sería?
Sería Elisa, ella tiene mucho que contar. Es un personaje capaz de emocionar y con una evolución muy trabajada. A mí, me enamora.
¿Por qué leer literatura romántica?
Me gustan los finales felices y en las novelas románticas siempre triunfa el amor. Los personajes femeninos suelen ser fuertes y a los protagonistas masculinos los invitarías a un café muy a menudo. Te entretienen y te hacen olvidar los telediarios.
¿Tienes algún proyecto nuevo entre manos?
Estoy ultimando una saga juvenil llamada “El Valle de Viento”, un precioso proyecto en el que he trabajado de forma conjunta con otras cinco escritoras. También, estoy escribiendo una nueva novela romántica ambientada a principios del siglo XX.
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